lunes, 11 de junio de 2012

Bienvenidos al supermercado de la vida cotidiana

“¿Se encuentran cómodos? ¿Son felices?
Hoy no vamos a comprar ni vender nada, hoy examinaremos nuestras vidas.”
“somos constantemente vigilados por policías, bancos, empresas, comercios….todos nos conocen, y juegan con ello. Con nuestros gustos, deseos físico, enfermedades, ideas “somos contados” medios, vendidos, juzgados, fotografiados, clasificados… y esto es así porque tienes miedo, temes a la libertad”
..V de vendetta
La felicidad no la puedes comprar.

Consume¡compra! ¡compra! ¡compra! Las ofertas se oyen por todos los rincones. Los chantajes: “es la ultima oportunidad”, “compre aquí” y las tazas de porcentajes “50% de descuento  abundan y adornan la ciudad para que los motores ruidosos de los microbuses y los niños con bolsas de caramelos sean ignorados por los transeúntes.

Te ríes, puede parecer inofensivo esto, pero tú también estas en mira del publicista. Puedes ser su próxima victima. Los anuncios que se repiten constantemente “afíliate a nosotros”, “compra con nuestra tarjeta” “tenemos los mejores precios” te exhortan  para que formes parte de la comunidad de obedientes consumidores que ellos se encargan de controlar y domesticar para dar rienda suelta a la producción de de su maquinaria económica internacional.

En el supermercado dicen que se puede comprar de todo.” compra un gran televisor…” para que embobes a tus hijos y te conviertas en un ser antisocial “compra ropa de moda…”  con accesorios innecesarios y abundantes etiquetas para vestirte igual que tu artista favorito y mostrar una falsa personalidad. “Compra comida” chatarra encerradas de envases de plástico, para enfermarte y tener un buen pretexto para visitar una clínica donde acudir a mas cajeros y pagar costosos remedios químicos, que solo calman la enfermedad, pero no la curan. Tu salud ha ocupado segundo plano. Lo que importa es comprar y consumir, más y más.

Compramos necesidades que no necesitamos.
Nos venden problemas que sus soluciones crearon. Compras, te venden. Lo tienes, te tienen.

Pero de nada sirve llenar tu casa(o tu cuerpo) de objetos ridículos para quedar bien con tus amigos del barrio (o caerle bien a tu jefe), si no eres libre. De nada sirve si, para conseguir  aquel aparatito tecnológico (que tanto anhelas), vas a pasar horas y horas sufriendo en el estresante trabajo o te pasas la vida preocupada para conseguir uno rentable. -No te engañes, tu vida ha perdido sentido, no eres una persona feliz.

¿Lo dudas? ¿Crees que eres feliz?, ¿Qué tu trabajo te gusta¿ porque con ellos puedes poseer objetos de “valor” a tu alrededor son objetos, fríos objetos, que no pueden mas que contagiar aburrimiento. Un objeto con saco, corbata y lentes, sentado en una oficina, eso es en lo que tú, te has convertido. Ni más, ni menos, un objeto más de producción económica. Cuando dejes de producir, sea por enfermedad o vejez, será inútil para tu jefe. Y a los estorbos los despiden. Pero lo peor es que también tienes miedo a que te despidan del empleo.

Tienes miedo a no tener controlada toda la chatarra tecnológica que haz comprado y acumulado durante tu existencia, tienes miedo a dejar de comprar, tienes miedo a tomar decisiones propias en tu vida, por eso necesitas de intermediarios a los que mandar o lideres a los que obedecer, te temes a ti mismo. En el fondo sabes lo ridículo que eres por eso te escondes y te disfrazas con todo lo que compras. Pero…
….La felicidad no la puedes comprar.

No importa lo mucho que intenten convencerte los anunciantes de marketing al ofrecerte miles de productos por televisión. Parecen amables….¿no? piensan que son gente honesta. Pero no es así. Son peores que tú.-Te  han robado tu vida. Y te venden otra.

Los dueños del supermercado tampoco son tus amigos. A ellos no les importa tu felicidad. A ellos les importa tu dinero y cuando no lo tengas, te sentirás como un ser mediocre.
Aun más mediocre de lo que eres ahora.


NADA DE LO QUE HAGAS TE GUSTA. Y SI ALGO TE GUSTA, NO ESTA PERMITIDO.

Deseas tener feriados, pero necesitas trabajar. Y trabajar y descansar es solo para reunir fuerzas y retomar la aburrida, cansada y rutinaria vida laboral. No confías en ninguno y, no importa, te gobiernan si o si, quieras o no.
Quieres disfrutar la vida, pero necesitas obedecer estrictos horarios y ahorrar tiempo.

Y te frustras, y tampoco disfrutas de nada, nada de lo que haces te gusta. Y si algo te gusta no esta permitido. Sientes ansias de echar en llanto, pero necesitas mantener unas posturas endebles porque “los hombres no lloran”, y reprimes tus emociones y sentimientos y dejas de ser tu mismo, sientes ansias de golpear a tu jefe cada vez que intentas subirte la falda en la oficina, pero necesitas callarte para que no reduzcan el salario, y te callas. Y te suben el salario y también la falda.

Todas  las supuestas necesidades que tienes en tu, también supuesta, vida, solo sirven para mantenerla tal y como está. Y reproducirlas. En este mundo no podemos haces nada de lo que queremos realmente y tenemos que reprimir nuestros deseos, tenemos que traicionar nuestros instintos; porque seria un caos, dicen el demócrata, el profesor, el cura, el militar el patrón, y el psicólogo.

Necesitamos hacer lo que ellos, las autoridades, quieren que hagamos, que cumplamos todos sus caprichos y nos reduzcamos a obedecer todas sus bajezas al pie de la letra ciegamente.
Y le llaman orden.


SON ELLOS QUIENEN TE OFRECEN TRABAJO. TÚ ERES QUIEN TRABAJA.SON ELLOS QUE SE VENEFICIAN ECONOMICAMENTE.
Nos hablan de progreso y desarrollo para todos y todas, trabajo, mas trabajo y largas horas estresante aburrimiento laboral para los jóvenes  y adultos. Y con esto, mas felicidad para toda tu  familia, para todos los  habitantes de “nuestro querido país”, dicen ellos, representantes de la democracias y devotos del arte de someter a otros, mientras se alistan para abordar sus costosos e impecables vehículos a visitar su club de grandes y emprendedores empresarios, a entretenerse con una película de estreno desde una zona VIP, a verse el rostro de algún periódico publicado por unos de sus tantos e  inseparables amigos escuela privada, a jugar el golf en el inmenso parque en casa o ver jugar a otros… o,  quien sabe, a masturbarse viendo bailar a alguna ” vedette de moda en la farándula”.

Sus vidas, sin lugar a dudas, no son envidiables. No son un ejemplo. O quizás si, un ejemplo de una vida ridícula y tan aburrida como la de cualquier otro que vista saco y corbata.

¿Es acaso ese el progreso que desearías tener? ¿Es esa felicidad que buscas?
Si tu respuesta es sí, si te seduce vivir de ese modo, solo puedo decirte que no te hagas ilusiones, los mismos que te hablan de progreso económico y desarrollo social te necesitan. Pero te necesitan trabajando en sus grandes y cada vez mas sofisticadas fabricas, en sus centrales de minería genocida; de lo contrario sus comodidades y lujos no podrían sostenerse.

Te necesitan, sí, siempre te han utilizado como una turca necesaria para su producción económica.
Te necesitan adoctrinando y haciendo sumisos a niños en cárceles educativas,
Te necesitan contaminando organismos con cada receta de medicina química, con cada alimento modificado genéticamente.
Te necesitan construyendo sus monumentos, sus grandes palacios y templos, sus impecables museos de “arte”

Son ellos que te ofrecen trabajo, tú eres quien trabaja. Son ellos los que se benefician económicamente.
Pero eso no es todo.¿ esperabas que sí? No basta con que trabajes para ellos, uniformado como ellos te indican y las horas que ellos deciden. No, no es suficiente con el castigo laboral también te necesitan consumiendo. Comprando los bienes de consumo de los que ellos se han apropiado, pero que tú produjiste. Así como lo oyes. Ellos, los de cargo y puestos superiores, tus patrones, aquellos prototipos de seres felices y globalizados, te han robado lo que produjiste con tanto esfuerzo. Bien podrán despedirte cuando mas quieran, pero, ya no es un secreto que ellos te prefieren allí, arrodillado, trabajando para lo que más quieren y consumiendo, también lo que ellos más necesitan.

Pagas por todo lo que necesitas, o crees necesitar. Nada te pertenece. Pagas por todo lo necesario para alimentarte, hasta por el agua que sale del grifo cada día, pagas por ocupar la casa donde te abrigas del frio. Pagas por comunicarte, por que tus amistades están lejos trabajando como tú. No pagas por el aire que respiras, pero si por el aire que contaminan las empresas. Tus pulmones no son eternos, y también, como tu dinero o el de tu familia, se pagaran los últimos minutos de tu vida. Al fin de cuentas, pagas por vivir. Es la ley de la economía.

Y si, fuiste tú quien vendió su cuerpo, su fuerza de trabajo. Fuiste tú quien prostituyo su vida mostrando una supuesta felicidad irreparable, durante tantos años. Aun recuerdas cuando apareció una sonrisa en tu rostro aquella vez que te aceptaron en tu primer empleo; porque como bien sabemos, el que no trabaja está condenado a “morir de hambre”, a la marginación.
Pero, dicen que no. Que no estamos obligados a nada, y mienten, esa es su especialidad, su trabajo y su beneficio, la mentira. Mienten, siempre te han mentido.

ESO ES LA REALIDAD…

                                                                                                                        Niko

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